lunes, 29 de julio de 2013

Surfeando las olas

Vivir con miedos es vivir encerrados en una caja de cristal, es vivir en una película muda, en una canción sin letra. Vivir con miedos es tener una vida con todo pero sin disfrutar de nada.
Los miedos son sombras que nos persiguen incluso en la oscuridad, son terremotos que nos arroyan las ganas de vivir, de pensar diferente. Son el muro a nuestros pensamientos mas deseados, mas alocados. 
Son la ola que rompe con nuestras pasiones, con nuestros deseos mas irrefrenables; y todo por miedo a que tal vez las cosas no salgan bien.
Los miedos es la lluvia que borra nuestro camino, la venda ante los ojos, las piedras en nuestros pies y el frío en el corazón.

El miedo puede ser aquel pensamiento que nos deje paralizado, es aquel sentimiento que nos congela, es el que acalla nuestro grito al sí. Es el eco descodificado de nuestra razón.
Es también nuestra asignatura pendiente, esa que dejamos "para otro momento", para cuando todo esté mas tranquilo. Pues... ahora es el momento, ya llegó la hora.
Ahora es el momento de ganar esa batalla, de ponerle música a la vida, de quitarte la venda y mirar con claridad esa vida que antes veías opaca. 
Animarte a quemar los miedos, de eso se trata. No será fácil, pero saber esperar es saber desear también, y ahora que esperaste tanto tu deseo de cambiar se ha vuelto mas fuerte. 
Es la hora de quitarte los zapatos y andar descalza. Andar con seguridad, pisando con fuerza allá donde vayas, sin piedras que te impidan avanzar. Descalza sobre arena, así deben ser tus pasos.

Es hora de nadar en un mar de olas y subirse a ellas, desafiando la caída. Es hora de surfear esa ola y sentirse en lo mas alto.
Es el momento de  romper la caja de cristal, de ponerle voz a tu propia película, de ponerle titulo a tus deseos. 
Valentía, seguridad, rebeldía y mucho coraje son los ingredientes para vivir tu propia vida. No dejes que el miedo te haga ser secundario, lucha por ser el protagonista de una película que es solamente tuya.




viernes, 26 de julio de 2013

Aprender a mirar

Todo el tiempo buscamos respuestas científicas, hechos  razonados que nos expliquen acciones imposibles o sucesos irreales. Buscamos la razón como explicación.
Creemos que todo está bajo la ciencia, que no existen los problemas sin solución ni las cuentas infinitas. Nos basamos en los números, en la lógica, las matemáticas para ponerle un final a los acontecimientos.

Por ejemplo.Siempre que vemos un truco de magia queremos saber como se ha hecho, donde estaba el truco que nos hizo crear una ilusión. ¿ Pero por que nos empeñamos en querer desmantelar los trucos? ¿Acaso no nos gustó lo que ese truco nos hizo sentir? Claro que nos gustó, porque por un segundo creímos que ese truco se hizo de verdad, que había habido magia. 
Pero después, al momento volvemos a la lógica para desenmascarar esa ilusión.

Y así es como ocurre todo.¿Por qué no podremos pensar que hay cosas que se van de la razón? ¿Que hay cosas que se hacen por otros sentimientos alejados de la razón y la lógica?. Actos hechos por pasión, por desenfreno, inconsciencia. Actos llevados a cabo simplemente por gusto y amor.
La gente que solo cree en el poder de la ciencia no sabe que hay fuerzas también muy poderosas y que no todo es tan estructurado y organizado como ellos piensan.  No saben que existen situaciones que no tienen una explicación científica o razonada y que no por ello son irreales.
Yo creo en la ciencia, pero también creo en el poder de los impulsos, de la locura, en la fuerza que nos hace avanzar sin razón, con ganas locas, con pasión en cada paso y amor en toda su extensión.

Y es que hay que entender que hay cosas que no son tan lineales, que hay cosas que no parecen ser lo que son y que es necesario ver más allá, para entender y ver con mas claridad. Saltarse la línea de la lógica y pensar con lateralidad. Y entenderemos que en ese paso está la respuesta. Una respuesta ingeniosa, con muchas vueltas, con dobles caras y miles de posibilidades. 

En definitiva la vida es como las adivinanzas. Pueden parecer una cosa pero si piensas, si vas más allá de lo que a simple vista parece te darás cuenta que la respuesta era aquello que menos esperabas. 
Y así de divertida, de misteriosa, de cambiante, de apasionada, de contagiosa y de alborotada es la vida.