domingo, 9 de marzo de 2014

El sentido del baile

¿Qué ritmo sigue la vida? ¿Qué compás hace girar cada instante? ¿Somos nosotros quienes giramos con la vida o es la vida quien va girando con nosotros?

Tal vez parezcan preguntas absurdas, pero entonces, ¿Por qué nos situamos en el lugar y momento perfecto para que algo ocurra? O al revés, ¿Qué nos hace estar en el lugar equivocado? ¿Nosotros mismos? La vida tiene casualidades tan sospechosas que nos hacen dudar de que todo tiene un sentido, un para qué. Casualidades que nos regalan momentos mágicos, casualidades que nos muestran realidades que tal vez no queramos ver. ¿Y son todos esos momentos importantes una simple cuestión de azar? ¿Tan azarosa puede ser la vida? Es cierto que ella sigue un ritmo desconocido para nosotros, un compás que nosotros bailamos sin ser apenas conscientes de ello, pero detrás de todos esos momentos estamos nosotros. Guiados por instintos o señales que nos hacen avanzar hacía cualquier momento. Nosotros, quienes nos dejamos llevar para ver lo que se nos presenta. 

Es cierto que el ritmo de la vida va cambiando con los años, y que cuando nos estamos acostumbrados a un sonido, vienen y de pronto, sin avisarnos nos cambian la sintonía. Cuando eres niño tu mundo gira entorno a cosas sencillas que no causan preocupaciones, giras entorno a un baile espontáneo. Pero cuando ya te estas acostumbrando a ese baile, la vida te lo cambia sin preguntarte y te sitúa ante uno mucho más difícil , y para eso tú solo puedes aprender los nuevos pasos, para  no quedarte atrás. Tienes que bailar y bailar hasta que tus pies se acostumbren a unos pasos mas complicados. Y así continuamente, siempre tienes que ir cambiando, siempre distinguiendo.


Y por eso, nunca sabrás el sentido ni el compás que la vida sigue porque siempre está en continuo movimiento. Por eso lo mejor que podemos hacer es dejar de preguntar y dejarnos llevar por el baile.